Perdón

 He pecado y lo declaro, a Dios elevo este ruego.

He pecado y humillado frente a mi Dios lo confieso.

Locamente he actuado pensando hallar un placer

Que existió  sólo en mi mente, pues sólo culpa encontré.

No puedo más disfrutar lo que hacía antes de Cristo,

Pues su Espíritu contristo cuando yo quiero pecar.

Sin embargo aquí estoy, apartado y humillado,

Pues entiendo, aunque abrumado: que no te puedo dejar.

Tengo temor de pensar que ya no pueda servirte,

Pues no merezco siquiera, rogarte por compasión.

Mas si es cierto que tu amor sobrepasa mi quebranto,

Servirte quiero entre tanto me concedes Tu perdón.

Perdón por tanta mentira, egoísmo y cobardía,

Perdón por ser este día tan débil y desgraciado,

Perdón porque te he lastimado ignorando tanto amor,

Perdón te ruego Señor, quiero amarte todavía.

Perdón, sólo perdón lloro y pido en este día,

Me inunda tanto el quebranto que sólo “perdón” pediría,

Incrédulo fui lo confieso, pues aún sigo rogando,

Perdón, Señor, por dudar, que me hayas perdonado.

Mientras sigo arrodillado el llanto se va apagando,

Aflora un nuevo comienzo, el sol se va levantando,

Entiendo por tu palabra que el perdón fue consumado.

Hay un rayo de esperanza, por Cristo he sido indultado.

Gracias Señor Jesucristo, por pagar por mi pecado,

Gracias Espíritu Santo, por haberme quebrantado,

Gracias por tanta Gracia que Tú en mí has derramado.

Gracias mi Dios Bendito, pues me has justificado.

Por Héctor Conde