La Opinión Independiente

 Misioneros Con Propósitos Erróneos

 

No es el propósito de esta nota criticar a nadie que se encuentre batallando como lo hacen, día a día en el frente de batalla, tantos miles de Misioneros y Pastores, hermanos, amigos y consiervos en el Señor; para llevar adelante la Gran Comisión dada a la iglesia en el libro de Mateo 28: 19-20.

Sin embargo, sí creo necesario escribir mis pensamientos críticos no hacia las personas y sus intenciones (Que estimo buenas en todos los que conozco personalmente); pero sí hacia el propósito.

Hace trece años me mudé a esta hermosa ciudad de Junín de Buenos Aires, enviado por nuestra Iglesia Madre de Buenos Aires, con el propósito de comenzar una Iglesia Bautista Independiente. Propósito que hoy, luego de éstos años de ministerio, me doy cuenta que no fue del todo acertado.

No son pocos los misioneros que comparten los mismos propósitos que yo tenía en aquella oportunidad. Sin embargo, no encuentro en la Biblia ninguna orden dada por el Señor a que vayamos al mundo con dicho propósito.

La orden dada es la de: 1)-  predicar el evangelio (Marc. 16:15) 2)- Hacer discípulos (Mat. 28:19,20). Esa es la orden primaria y fundamental dada a la iglesia. Porque sin duda es la iglesia la encargada de ejecutarla (Efe. 3:10). Sin embargo, la orden no es ir y fundar más iglesias. La orden es ir y predicar el evangelio haciendo discípulos. Y es aquí donde creo que el actual propósito de muchas iglesias y hermanos se ha desvirtuado peligrosamente. Porque hoy día nos encontramos no con iglesias que funcionan de acuerdo al modelo Bíblico, sino a un modelo que yo llamo mundano - institucional.

El modelo mundano - institucional acepta tantas cosas que la Biblia no, que al comparar las problemáticas internas de muchas iglesias con las que ocurren en cualquier institución mundana sin fines de lucro, nos encontramos con sorprendentes similitudes. Aún en el manejo institucional y organizativo podemos apreciar estas increíbles coincidencias. Este modelo hace hincapié en la institución, pero el llamado de Cristo hace énfasis en cada persona. Cristo nos manda a predicar el evangelio a toda criatura. Nos manda a hacer discípulos. No nos manda a organizar iglesias. Acumular personas en lugares de reunión, con trabajo, dinero y planeamiento no es difícil de hacer. Pero cambiar la historia de la humanidad como lo hicieron los primeros cristianos al predicar el evangelio siguiendo el modelo bíblico... Eso es algo sobrenatural que hoy día no está pasando porque estamos poniendo todas nuestras fichas en la construcción de iglesias y no al afianzamiento de discípulos.

Conozco un hermano que está convencido que hay un avivamiento en su iglesia porque ésta tiene aproximadamente 7.000 miembros. Él no puede apreciar que dicho crecimiento está intimamente ligado a la es excelente organización que posee su iglesia, pero mi pregunta es: ¿Es esto lo que el Señor nos pide que hagamos en su Palabra? La orden dada en Génesis de multiplicarse y llenar la tierra sigue vigente a través de la Gran Comisión y no lo estamos haciendo. Creo que no son pocos los "Nimrod" que han decidido hacerse de un nombre por si fueren esparcidos y quedarse en un lugar a construir una torre que llegue al cielo. Se dice que la iglesia de Jerusalén acumuló unos 30.000 miembros antes de que el Señor enviara la persecución que los obligó a ir por todas partes anunciando el evangelio. El Señor utilizó a cada creyente esparcido y fue Él quien dirigió la expansión y crecimiento de la obra. No hubo una delegación de planeamiento que se encargara de ello. Dios dio el crecimiento. (1ª Corintios 3:6) y mientras nos concentramos en actividades sociales que apuntan a la concentración de personas, estamos ignorando la orden dada por Cristo: HACER DISCÍPULOS hasta lo último de la tierra.

Un discípulo se cría en el hogar (iglesia) pero se forja en el trato personal con su padre (discipulador). El trabajo es individual. Un discípulo tarda en nuestra iglesia, aproximadamente 6 años entre que acepta a Cristo y comienza a discipular a otra persona. No es un trabajo instantáneo, pero ya estamos apreciando el valor de una iglesia donde el 80 % de sus miembros están involucrados en algún tipo de servicio. Hemos visto cómo están regresando a la comunión de la iglesia hermanos que hace años se habían apartado del Señor. No hemos hecho campañas evangélicas, simplemente los hemos influenciado. Un cambio positivo en el individuo produce un cambio positivo en el cuerpo de la iglesia. Pero un cambio positivo en la iglesia, no necesariamente afectará al individuo. Creo firmemente que la iglesia debe ser una consecuencia del crecimiento de discípulos y no una iniciativa del misionero.

¿Cuál es la iglesia más exitosa? ¿La que más gente acumula? ¿La que más misioneros envía? ¿La que más discípulos afianza? ¿Cuál es?

En vista de lo que está pasando en el mundo, creo que ya es tiempo de que tomemos nuestras Biblias y busquemos por nosotros mismos las respuestas a dichos cuestionamientos.

Pastor Héctor Horacio Luisi (h)

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